Moda + arte = Sasha Pivovarova

Todos sabemos que la vida de una "top model" es casi como la de un personaje de un cuento de hadas, y la de Sasha Pivovarova no es la excepción, ya que, al igual que el caso de Edie Sedgwick, Twiggy o Kate Moss, su irrupción en el mundo del modelaje fue, por así decirlo, motivo de la casualidad, azar, accidente o como ustedes quieran llamarlo. Ahora, ¿por qué mi obsesión con Sasha Pivovarova? Bueno, primero (y esto es más una cuestión personal) porque es rusa. En segundo, su mirada reacia, inquisidora, soberbia, la aleja por mucho de aquellas modelos con aspecto tierno y la posicionan en un nivel místico y misterioso al mismo tiempo.

Nacida en Moscú en 1986 y de orígenes muy humildes, Sasha no es una mujer cuya primera y única pasión sean las pasarelas y las sesiones de fotos. Con una inclinación hacia el arte, Originalmente, Sasha entró a estudiar Artes Plásticas en el área de Humanidades en la universidad de Moscú. Una vez fuera y ya casada, su esposo (fotográfo y dueño de un estudio en el cual también trabajaba Sasha Pivovarova) decide tomarle unas fotografías y las envía a la famosa e internacional agencia de modelos, IMG Models. Y así como así, Pivovarova se convirtió en la favorita de los más prestigiados diseñadores, fotográfos y editores de revistas de moda, apareciendo en ocho ocasiones en Vogue.

A pesar de su exitosa carrera en el modelaje, Sasha continúa haciendo su arte, el cual ha sido expuesto en distintas galerías de Nueva York (en donde actualmente reside y tiene un estudio) así como en numerosos desfiles de moda. Y he ahí el porqué de mi amor por Sasha, por que digo, ¿cuántas veces encontramos a una modelo artista?